La diatermia (también conocida como hipertermia o tecarterapia) es una técnica muy utilizada en fisioterapia para usos terapéuticos y preventivos, así como en usos estéticos para tratamientos faciales y corporales.
Desde principios de siglo XX se ha incorporado la diatermia como tratamiento físico de lesiones en fisioterapia y rehabilitación actuando mediante el efecto térmico de tejidos profundos. Con esta técnica se consiguen resultados terapéuticos difíciles de lograr por otros medios. El mecanismo de acción de esta terapia consiste en estimular eléctricamente los tejidos tratados con una corriente de alta frecuencia activando la temperatura, la vascularización y el metabolismo celular.
La diatermia se engloba dentro del ámbito terapéutico de la termoterapia. Entre este tipo de estrategias terapéuticas basadas en la aplicación de calor a los tejidos dañados, la diatermia ha ido adquiriendo mayor relevancia por su alta efectividad y mejores resultados terapéuticos en comparación con los demás métodos. No calientan ni dañan el resto de tejido u órganos anexos, por lo que tiene pocas o nulas contraindicaciones.
El aumento de temperatura en el interior del organismo se produce mediante la aceleración de las moléculas. El movimiento iónico y la agitación de las moléculas polares hacen que las células cambien su orientación millones de veces por segundo. La distorsión y el roce molecular aumentan la temperatura, lo que conlleva un calentamiento de los tejidos profundos.
Este es el mecanismo básico de actuación que se induce con el tratamiento, pero este calentamiento provoca, a su vez, una serie de cambios fisiológicos en la zona tratada:
Además de estos efectos principales, hay otros más relacionados con la química celular, como el aporte de energía normalizadora a las bombas de sodio-potasio (Na+/K+).
Una de las ventajas de la diatermia es que permite tratar zonas muy pequeñas (diatermia local), como los tendones supinadores en casos de epicondilitis; pero también permite abordar el tratamiento de áreas más amplias, como toda la extensión de la espalda o de las piernas.
Una de las formas de aplicar esta técnica es mediante conversión.
En el caso de la diatermia local el método de aplicación es mediante unos electrodos que deben situarse exactamente en la zona afectada, vigilando cualquier indicación del paciente sobre una temperatura excesiva.
Para evitar sobrecargas y quemaduras, los electrodos deben tener el mejor contacto posible con la piel, con la presión adecuada y aplicando el gel de forma correcta para facilitar la transmisión. Debe evitarse la colocación de los electrodos sobre los huesos, ya que las protuberancias óseas tienden a calentarse con mayor facilidad que la piel.
La subida de la intensidad se debe hacer gradualmente, pero antes de dar paso a la corriente hay que asegurarse de que el electrodo pasivo y el activo tiene un buen contacto con la piel.
La corriente fluye por el organismo desde un electrodo hacia el otro. Cuanto mayor sea la distancia entre ellos, mayor diseminación del calor. Por lo tanto, para obtener los mejores resultados en tejidos que se encuentran a gran profundidad hay que utilizar electrodos de mayor tamaño cuanto más separados se vayan a colocar.
La aplicación, en general, debe ser de unos treinta minutos como mínimo, haciendo dos o tres sesiones por semana. Si los resultados no son los deseados, se puede ampliar el tiempo de aplicación hasta los sesenta minutos por sesión, combinando diatermia capacitiva y resistiva.
Además de la aplicación por conversión, la diatermia también se puede aplicar por contacto (compresas, parafinas), irradiación (onda corta, ultracorta, ultravioleta, infrarrojos), convección (mediante un doble contacto) o de forma mecánica (masajes, ultrasonidos o vibroterapia)
La diatermia capacitiva es una forma de diatermia de conversión. En este método se produce una transformación de un campo electromagnético en calor profundo. De esta manera, el tejido situado entre el electrodo activo y el pasivo se ve sometido a un campo de alta frecuencia. Este campo hace oscilar los iones y moléculas con el resultado ya comentado de la generación de calor.
Cabe destacar que en la diatermia capacitiva se utiliza un equipo de electroterapia. La energía se transmite al cuerpo desde el equipo y regresa nuevamente al generador, produciendo una serie de beneficios. Esta técnica se está extendiendo debido a que es poco agresiva y muy eficaz en cortos periodos de tiempo. En algunos países europeos, como Italia, su coste es asumido por el sistema sanitario público.
En la diatermia resistiva, por su parte, se utiliza un campo magnético para calentar la zona. Este campo penetra profundamente en el organismo generando unas corrientes parásitas que calientan los tejidos. A diferencia de la capacitiva, en la resistiva se usan electrodos no aislados y se suele recomendar para lesiones osteoarticulares, en las que obtienen mejores resultados.
Como cualquier tratamiento, la diatermia puede estar contraindicada en algunos casos, pacientes y zonas del cuerpo. Por ejemplo:
También es posible encontrar algunos efectos secundarios tras la aplicación de la diatermia para fisioterapia: dolor y malestar durante y después del tratamiento, enrojecimiento de la piel o la inflamación y entumecimiento de la piel en la zona tratada. Estos casos no revisten gravedad y las molestias suelen desaparecer a las pocas horas.
En el ámbito de la fisioterapia, la diatermia está muy indicada para usos muy diversos. Sin entrar a considerar sus aplicaciones, de forma genérica se pueden señalar sus beneficios en la recuperación de lesiones musculares y otras tareas de rehabilitación. Está especialmente indicada para tratar:
Además, es muy útil en la preparación de grupos musculares que se van a ver sometidos a grandes esfuerzos, por ejemplo, en el deporte de élite. También se utiliza para combatir dolores de ciática o en la rehabilitación tras una operación quirúrgica.
La diatermia tiene amplios beneficios en la estética de las personas, y a un precio mucho más razonable que las operaciones quirúrgicas. Entre sus muchas propiedades cabe destacar su efecto reafirmante de los tejidos y la capacidad de disolver la grasa, por eso, se emplea en los siguientes tratamientos:
Como se puede observar, con pocas sesiones y un presupuesto mucho menor al de someterse a costosas operaciones quirúrgicas, los resultados son visibles
Los cambios antes y después de aplicar el tratamiento son muy notorios.
Además, no son tratamientos invasivos perjudiciales para la salud, a no ser que se padezca alguna enfermedad grave o se tenga implantado algún tipo de prótesis metálica.
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IMPORTANTE: NO PARA USO EN EU, EN FISIOTERAPIA Y REHABILITACIÓN.
El equipo multifunción Protherm Compact combina las técnicas de hipertermia profunda por radiofrecuencia de alta potencia en sus diversas modalidades: monopolar resistiva y monopolar capacitiva. Esto le permite cubrir un gran abanico de aplicaciones.
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El equipo Protherm Compact es utilizado tanto para la diatermia estética como para la fisioterapia. Cuenta con un conjunto de aplicadores para facilitar su utilización en las más variadas situaciones.
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